O cómo barrer
para casa sin tener ni puñetera idea de lo que acontece.
Por Óscar Quirós Romero
Ex Candidato al Senado por Guadalajara en
2.008
Hablando del asunto del Referéndum de Crimea
me encuentro realmente sorprendido, no sólo por el posicionamiento que ha
mantenido el des-Gobierno español y la parcialidad con la que los medios han
venido abordando la noticia, sino también, de la forma partidista en la que los
nacionalistas catalanes y unionistas han intentado barrer para casa sin tener
ni puñetera idea de lo está aconteciendo en estos últimos años en Ucrania. Y,
creo, que para tener una idea más clara, real y sensata de lo que sucede,
debemos extrapolar los acontecimientos actuales a una futura e hipotética independencia catalana.
Imaginemos que la Consulta Soberanista se realiza, que ésta es vinculante y que se producen unos resultados similares a
los ya previstos en este mapa gráfico elaborado en 2.001
Queda en evidencia que la mayoría del pueblo
catalán optaría por la Secesión. Pero, que nadie se lleve a engaño, ni se deje
llevar por la euforia y/o la decepción.
Mientras que la opción independentista gana
por goleada en la Catalunya rural, la opción unionista lo hace en las grandes
ciudades, en las áreas más industrializadas y en el litoral turístico.
Imaginemos pues que, como Rusia hizo con Ucrania, se concede la Independencia a todo el territorio, manteniendo el Estado
español el control de ciertas infraestructuras estratégicas como el puerto y
aeropuerto de Barcelona o la Central Nuclear de Ascó
(me remito al artículo publicado en El
Heraldo del Henares el 22/11/2012
y una presencia militar mínima, suficiente
para garantizar el respeto y bienestar de la ciudadanía española y los
intereses estratégicos del Estado español en el Mediterráneo.
Es lógico lo expuesto… Y es exactamente lo
que Rusia ha dispuesto, hasta hoy, en la Península de Crimea.
Pasan los años y un Gobierno corrupto,
alentado de forma inconsciente por la Unión Europea y apoyado por grupúsculos
cercanos al fascismo más rancio, comienzan a poner en riesgo esa estabilidad
política y, por ende, a la minoría rusa (que en el caso de Crimea, se convierte
en mayoría).
¿Qué sucede?
Pues que el Presidente ruso, el demonizado
Sr. Putin, hace prevalecer su presencia en la zona sacando sus tropas,
protegiendo sus intereses y convocando un referéndum que ganará sin oposición
alguna. (Y, por cierto, evitando un baño de sangre).
¿Quién piensa que el Presidente Putin ha actuado mal?
¿Se entera el Sr. Rajoy y su “leal oposición” que están apoyando al bando contrario?
¿Se entera el Sr. Más y los nacionalistas
que este referéndum en Crimea sería igual a que el Maresme, Barcelona, el Baix
Llobregat, Garraf y la Montsía, pidieran el regreso y reingreso a la Corona española
tras veinte años de aventura secesionista?
Sinceramente, a veces me desespero de la
servidumbre de nuestro gobierno hacia la Unión Europea. Me enojo del uso
partidista y partidario, de unos y de otros, de una situación dramática sin
recabar información previa. Me disgusta el servilismo de los Medios de Comunicación
dando por válida la posición y actuación de nuestros políticos por el simple
hecho de mantener relaciones interesadas con el poder. Me asusta el borreguismo
de una población que se identifica a ciegas con las bandas radicales ucranianas,
o los que desean equiparar una consulta popular de anexión a la Madre Rusia,
con el referéndum soberanista catalán.
Los unos y los otros estáis, una vez más,
equivocados.
http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=20734
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